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martes, 25 de marzo de 2008

Hola, soy Xisca

Nací un 19 de julio de 1963, me llamo Francisca Antonia Bennasar Fernández, para mis amigos soy Xisca y para los que no me conocen, la pobre chica con esclerosis; sí, soy una de los cientos de afectados de ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA, una enfermedad que no le deseo ni a mi peor enemigo: los músculos van perdiendo fuerza, poco a poco degeneran, se debilitan brazos, piernas, pulmonnes y la parte del habla. En pocas palabras, tu cuerpo se convierte en una mierda.

Tengo un amigo, que también trabaja en esclerosis múltiple, que siempre me dice que ambas esclerosis pueden ser primas hermanas, pero que, generalmente, mi enfermedad la tiene gente inteligente.

Yo no puedo mover los brazos, pero la tecnología me permite que os pueda escribir esto. Necesito expresarme, contar mis vivencias y, sobre todo, decir a mi familia y a mis amigos lo mucho que les quiero.

Empezaré hablando de mi niñez. Nací en el barrio de Santa Catalina, pero a los cuatro años ya vivía en la avenida Argentina, domicilio actual de mis padres. Recuerdo con mucho cariño una mercería que había justo enfrente, donde vivían mi querida Cati y su hermana Malen, con ellas iba a la piscina del club náutico, y, en invierno, me llevaban al campo. Aún me acuerdo de que el día de mi comunión, con seis años, su madre me cogió, me metió en el coche delante con ella, me sacó el tul por la ventanilla y fuimos a dar una larga vuelta. ¡Qué feliz fui!

La otra parte de mi niñez la recuerdo con mis hermanos y mis primos Miguel, Queta, Mayte y, cómo no, mi futura hermana Conxi. Al principio, jugábamos en casa de mi tía Teresa; a medida que íbamos creciendo, ya jugábamos en Santa Catalina. Hay que pensar que mi abuela vivía allí, igual que Miguel y Queta, que vivían justo enfrente, en una casa que a mí me encantaba: tenía una galería siempre inundada de sol, y también había juguetes: para mí era muy hermosa. También estaban allí mi futura hermana Conxi y su hermana Isabel (amiga, compañera, cómplice), que vivían dos calles más arriba. Mi niñez fue muy feliz.

Mi colegio era también de la zona. Empecé en las ESCOLAPIAS, donde terminé con catorce años. Me apetece hablar de esta etapa. Otro día.