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domingo, 16 de diciembre de 2012

90,2000, 2010

Me había propuesto no hablar de la crisis ,pero simplemente todas las conversaciones van hacia allí y todos los e-mail van encaminados hacia la dichosa crisis .

Que felices eramos en los 90, donde no había crisis y aunque estaba a punto de perder a una de las personas mas importantes de mi vida, mi querida abuela Antonia, en esta época Cumplí 30 años , conseguí realizarme profesionalmente, si soy tan simple que me realice como dependienta,vendiendo ilusión un consejo no vale la pena ser un ejemplo en el trabajo porque una mano nunca limpia otra


Era la solterona del grupo, conocí a un señor y dicho y hecho me case y tuve a mis dos soles e incluso deje de fumar, que es como perder a tu mejor amigo. Lo he resumido muy corto porque también viaje mucho


Cambiamos de siglo y se va al cielo mi otra querida abuela, terror el 11 de marzo del 2004 yo ya no ando bien realizo   4  cruceros uno familiar para celebrar mis 40 años y los otros  los llevo en mi corazón, la enfermedad me ataca de llen y a finales mi familia hermanos, padres entra en crisis económica
El euro entra en la vida de los europeos , no se si ha sido negativo o positivo, por ahora no hemos ido hacia atrás, no creo que nos prepararon para este cambio que puso fin a una época maravillosa  , Donde los españoles se ve que no estabamos preparados porque engrosaron mucho los precios, pasaron a un café que costaba Unas 100 pesetas a costar 1 euro osea 166 pesetas y sucesivamente
Que pasa? Que en los 90 los bancos daban créditos a todo el mundo 
luego vino el euro y todo se   volvcarísimo sin pinchar ni cortar

En 2010 empezando la nueva época a tranquilidad y negar totalmente la crisis de Zapatero llegan los peperos y como ya dijo David Bowi en tiempos de Franco dijo que el no actuaba en Afric y ahora con los peperos y sus recortes a sanidad, enseñanza, desaucios y privatizaciones de todo tipo  de clase ,nos semejamos mas que nunca a este Continente.

Os quiero cocodrilos. Hasta pronto   
  






   



  





1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Xisca, ya estoy de vuelta, llegué ayer, agotado de tanto trajín.
Desde Egipto volé a Londres, donde pasé unos días visitando antiguos amigos y haciendo algunas compras; ya sabes, lo que no encuentres en las tiendas de Oxford Street es que no existe. Aproveché y visité una exposición temporal de pintores Pre-Rafaelistas en la Tate Galery que me entusiasmó; me encanta la pintura pre-rafaelista, todo lo que ha venido después, excepto el impresionismo y el modernismo, ya no me interesa. Siempre digo que, para mí, el arte en la pintura acaba con los grandes pintores del modernismo. Te aseguro que no perdí ni un minuto de mi tiempo visitando las exposiciones permanentes de la Tate ¿para qué? También estuve en el Museo Británico y, por enésima vez, me extasié contemplando los mármoles procedentes del Partenón ante los cuales dicen que Melina Mercuri lloró de emoción mientras exclamaba: “¡Son nuestros, son de Grecia, devuélvanlos a dónde pertenecen!”. Entiendo la desolación de Melina, pero yo soy de la opinión que si, en su día, no los hubiesen comprado los ingleses me temo que ya no existirían, al menos no en las condiciones óptimas en que se hallan en la actualidad, por lo cual Melina, Grecia y el resto de la Humanidad tenemos la obligación de estarles agradecidos, pues lo fundamental es que los relieves hayan llegado hasta nuestros días bien cuidados, independientemente de donde se encuentren expuestos. Melina ya ha desparecido y los relieves aun siguen a miles de kilómetros de Atenas, pero están ¡que más da dónde!.
Volviendo a Egipto, evité ir a El Cairo por la situación política que vive el país, pero, aun así, el ambiente, en general, estaba enrarecido. Había pocos turistas comparado a las aglomeraciones de anteriores viajes. La gente allí vive con mucha precariedad y los que peor lo pasan son los ancianos, niños y mujeres, por este orden. Le regalé mi reloj a un taxista que se entusiasmó con él. Yo puedo comprarme otro, él ni siquiera tenía uno. Te lo cuento para que veas lo mal que están, no porque tenga ningún mérito desprenderme de algo que no me cuesta ningún esfuerzo. Esta vez hice un crucero por el lago Nasser que, además de visitar templos que no conocía (unos pocos no muy importantes, aún así muy bellos, que se salvaron de las aguas de la presa), también me dio la oportunidad de llegar a Abu Simbel navegando, lo cual te ofrece una perspectiva única del exterior de este templo para el cual no encuentro ningún calificativo que esté a su altura, hay que verlo, las palabras por más exaltadas que sean no pueden hacerle justicia. Todo fue muy bien pero no acabas de sentirte a gusto porque sabes lo que hay más allá del confort del barco y de los hoteles de los que tú disfrutas.
Me parece muy poético cuando dices que vendías ilusión a tus clientes, de hecho es verdad, no eras una simple dependienta que vendía cosméticos como hubieses podido vender churros dado el caso, tú eras sensible a la ilusión que necesitaban tus clientes y se la vendías en forma de cosmético o perfume. Mi madre me enseñó que en la vida hay que luchar para estar siempre a la altura de nuestros sueños y tener la generosidad de no olvidarnos de los sueños de los demás, y tú, querida Xisca, tienes esa generosidad de la que me hablaba mi madre. Que acogedor para todos sería el mundo si hubiese más magnificencia y menos codicia en el alma humana, ¿verdad?. Te mando un gran abrazo y te deseo que pases una Navidad feliz, arropada siempre por el cariño todos los tuyos.

Toni