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jueves, 12 de febrero de 2009

EL PASO DE ADOLESCENTE A LA JUVENTUD.

Hola amig@s ,creo que todos hemos vivido una vida, antes de llegar a la madurez indistintamente si estudiabamos o trabajabamos, la diversión siempre ha sido una parte de mí, podría haber sido más mala o más buena, simplemente soy así, aqui empieza mi juventud, disfrutar como yo la disfrute, iremos por partes.


Ya en las Escolapias iba algún sábado por la Discoteca 45, que estaba en la calle Joan Miró, con mi amiga Delia Riera; por supuesto, eran galas de tarde, allí simplemente bailábamos, fumábamos y algún que otro coqueteo, pero ni besos ni abrazos. Sin embargo, allí sí conocí a uno de los chicos que más me han gustado: diré su nombre, al final. Después de muchos años, conseguí tener un romance con el, se llamaba Jaime perdón, se llama, y sólo puedo decir que me gustaba hasta el infinito.


Más tarde y aún en las Escolapias, formamos una pandilla, todo se hacía en casa de Magdalena Serra, una buena amiga, hija única. Sus padres se desvivían por ella; por lo tanto, su casa se convirtió en el punto de encuentro, al principio empezamos Conxi, mis primas Queta y Mayte y, por supuesto, yo. Magdalena, por su parte, trajo a sus primos Juan y Pau y sus amigos.


A la semana siguiente éramos muchos más y con el tiempo formamos una verdadera pandilla. A todos quiero darles las gracias, porque después de muchos años los he necesitado y han estado aquí, como en la cena de la asociación: me emocionó mucho verlos allí, ojalá nos veamos muchos años más. Gracias amigos y amigas.


Más tarde Conxi, Queta, Mayte y yo empezamos a ir por la Discoteca Pícaro, y allí conocí a la que más tarde sería mi cuñada. Otra casualidad en mi vida fue ésta: la primera vez que Palma celebró su patrón, para ser más concretos San Sebastián, como sabéis (y bien que lo sabéis, pendonas); la noche anterior se preparan torradas y, sobre todo, la fiesta grande.


Aquel año, mi amiga Mequi Fernández, a través de su padre, que por aquellos tiempos era el director de Radio Popular (yo los apreciaba mucho) me invitó a ir con ella a la Plaza Mayor; recuerdo que estaba casi vacía, y por supuesto no recuerdo nada de torradas ni música, sí me acuerdo de que hacía mucho frío y de que había un grupo de jóvenes, con ellos jugábamos al látigo, y a todos los juegos infantiles que se podían jugar en una plaza, la casualidad fue que mi compañero de aquellos juegos fue… Jaime, ja. ja. ja


Más tarde y con la fiebre de Travolta en nuestros cuerpos, íbamos aún con la pandilla a una discoteca llamada El Barco, o Zocaire (estaba pegadita a Tito's); la cuestión es que todos íbamos a animar a mi hermano Juan Ángel, que era un verdadero Travolta, no me acuerdo de si ganaba o no, pero lo hacía verdaderamente bien.


Por aquella época ya llevaba tacones, me maquillaba y empezaba a perfumarme, o sea, iba completamente disfrazada.


En la pandilla empezaron a formarse muchas parejas, por lo que Conxi, Queta, Mayte y yo decidimos volar por nuestra cuenta, ya íbamos a La Salle, y nos sentíamos muy, pero que muy, mayores. Pillamos la última época de Cerebro, la discoteca más famosa de mi época juvenil; bueno, allí todas éramos felices y no comíamos perdices. Entonces ya íbamos con mi primo Miguel, Eduardo y Pedro.


Ahí sí había coqueteo inocente. Cerraron Cerebro y pasamos a Pícaro, otra disco, allí ya era hora, tenía 16 años y por fin recibí mi primer beso de verdad, aún recuerdo el nombre del muchacho se llamaba o se llama Tolo; con él salí una temporadita.


Más tarde, Conxi empezó a salir con Miguel, y a la pandi se unió María Antonia, con ella y mi prima Queta pasamos el verano más loco de mi vida. Aquel verano cumplí 19 años, y Cupido llegó a mi prima Queta (hoy en día sigue con José María y son padres de tres maravillosos niños). Aquel verano mis padres ya no me obligaban a ir a Santanyí; iba los domingos con mi hermano Juan Ángel.


Porque, hasta aquel verano, mis padres me obligaban a pasar todo el verano en el chalet (como lo llamábamos nosotros). Yo protestaba mucho, sin embargo, hoy en día, y mirando atrás, era realmente bello estar en Santanyí.


Conxi ya estudiaba en Barcelona, y Mª Antonia y yo nos volvimos inseparables. La verdad es que ella era muy traviesa y yo me dejaba llevar; entre medias, exactamente a los 21 años, tuve mi esperado romance con Jaime; yo estuve muy enamorada, sus sentimientos los desconozco. Yo sólo sé que con él veía las estrellas.


Como en esta vida todo pasa, Mª Antonia y yo seguimos de marcha loca. Como he comentado, ella y yo continuamos nuestro camino. Yo conocí los pequeños vicios que el diablo ofrece; sin embargo, siempre tuve la cabeza bien amueblada, siempre fue eventual. Lo he probado todo, menos las duras; mi amiga no puede decir lo mismo. Ella se casó, fue madre, se divorció y luego se fue con el diablo; hoy ya está más centrada, pero con las secuelas que su vida le dejó.


La vida continuó para mí: conocí a Mónica, a las madrileñas, a la Unión y a mis amigos gays. Tengo una anécdota divertida, o a mí me lo parece: íbamos a bailar a Abraxas, y tocaba cerrar la discoteca. Mónica siempre bailaba, Miguelina y yo estábamos agotadas; era muy ridículo vernos muertas de sueño, y para disimular nos poníamos a rezar, lo teníamos todo hablado, y qué mejor que un padrenuestro, empezaba ella y terminaba yo y así, sucesivamente.


Otra cosa que me hizo feliz y, precisamente, gracias a Mª Antonia: mi amiga era más traviesa que yo, ella salía con Toni, dueño de la Discoteca Babel's, era verano y nuestro cumpleaños (hay 2 días entre uno y otro, las dos somos cáncer), y ¿qué pasó?, pues que Toni nos dejó celebrar el cumpleaños a puerta cerrada.


Lo cierto es que sólo entre familias y amigos llenamos la disco; Toni se portó como un caballero, quería mucho a mi amiga y a mi padre (son negocios suyos, yo ni entro ni salgo). Fue muy divertida y recuerdo que fui muy feliz. Cumplía 22 años.


Con Mª Antonia celebré nuestro 25 cumpleaños. Esta vez, la gran fiesta porque fue grande─, la celebramos en la casa que mi amiga tenía en Binissalem; ella ya era mamá, sin embargo seguía igual de traviesa y yo ídem de ídem. En esa fiesta había una mezcla de gente importante. Todo salió muy bien, porque en aquella época todos éramos muy jóvenes y sólo deseábamos divertirnos y ser felices.


Aún me acuerdo del vestido verde pistacho con can-can que llevaba, era realmente bonito. Pensar todo lo que estoy escribiendo me esta costando muchas lágrimas, desde el principio al fin; no penséis que soy masoquista, simplemente necesitaba expresar algo y, como no tengo capacidad de inventar personajes, decidí hablar de mi vida y ésta no será muy larga ya.


Sin embargo, personajes no le faltan, y yo he querido ser discreta. Si algún personaje opina lo contrario, lo siento con toda mi alma.


Bueno, como ya os había comentado antes, soy especialista en pasar de un punto a otro. Lo siento, mi cabeza siempre ha sido más rápida funcionando que el resto del cuerpo; cuando estoy a oscuras conmigo misma y en la más absoluta soledad, pienso y pienso y muchas veces llego a la conclusión de que esta putada es un aprendizaje para mí, porque he aprendido a escuchar; ando muy despacio, odiaba la lentitud; siempre me han dicho que mareaba hablando, pues muda; y así todas las putadas que un ser humano puede aguantar, que, aunque no os lo creáis, son muchas, y lo más triste es que se trata de una lucha perdida un 6 de junio.


Hasta luego cocodrilos. Os quiero!

3 comentarios:

toni fabregas dijo...

Una buena historia la tuya con un buen final . Yo pinche en BABEL'S Y LA RUEDA Nº1 . Plaza Gomila al lado del barco o zocaire . tito's una pasada de epoca y de juventud . un fuerte abrazo y hasta siempre ...

toni fabregas dijo...

Fue en el periodo del servicio militar que hice en La residencia de Oficiales de Palma ...

toni fabregas dijo...

sin comentarios .....