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viernes, 13 de febrero de 2009

MI JUVENTUD . . .

En esta parte de mi historia ya soy mas madura, lo he resumido mucho, ahora en la lejanía percibo que he sido muy feliz y lo mas importante, he tenido y tengo grandes amig@s ,va por todos ellos, os quiero .


Cuando escribo, me gusta mucho escuchar la tele o la radio; puede ser una postura infantil, de mala narradora o, simplemente, que yo soy así. Por cierto, mientras estoy escribiendo esta narración, estoy escuchando el homenaje que la primera hace a Miguel Bosé, estoy disfrutando y llorando como una loca.


¡Qué recuerdos más felices se pasean por mi mente! Como he comentado antes, paso de un tema a otro, por lo tanto os voy a contar mi anécdota con Miguel Bosé; es muy simple, importante para mí. Antes de nada, quiero comentar que también actuó Rafa de la Unión; él sigue conservando su sensualidad, sin embargo su cara sí tiene marcado el paso del tiempo y de su ajetreada vida. Su sonrisa es tan pícara como siempre, sigue siendo un caramelo.


La anécdota: mi queridísima Ana me convenció para irnos a Menorca a celebrar las fiestas de San Juan; todo fue demasiado bien: de pronto nos vimos en el barco de Pepe Panadés y toda su pandilla. La verdad es que es una maravilla ir en un barco particular. Ana y yo decidimos quitarnos el reloj y vivir la vida; si teníamos sueño, pues a dormir; si queríamos bailar, bailábamos y así, sucesivamente.


En un momento dado, el grupo se repartió por distintos lugares de la fiesta; una compañera del barco que se llamaba Isabel (he dicho bien, se llamaba: es un ángel que vuela por el Universo) y yo nos perdimos por el puerto. De pronto, empezamos a escuchar que la Unión se está paseando por allí, enseguida saqué mi antena, no hizo falta, me encontré cara a cara con Rafa (es nuestro destino darnos de cara); él estuvo muy contento de verme, nos abrazamos y de pronto me dijo: ¿lo conoces? Yo moví la cabeza de izquierda a derecha, me dio dos besos y me quedé tan muda como estoy ahora: era mi querido Miguel Bosé.


Luego buscamos a Mario, mi amigo; él iba acompañado y fue esquivo. ¡Qué te vaya bonito, cariño!


Ahora continuaré hablando de mis marchas (y quiero recordar que yo, hiciera lo que hiciera, nunca perdí el contacto con mis amigas; tal vez las viera menos, pero siempre estaban allí, igual que yo estaba siempre a su disposición). A lo que iba, empecé a salir con Mónica, éramos dos petardas, o así nos llamaban nuestros amigos petardos, íbamos mucho de fiestas y de marcha loca a discotecas gays; nuestro amigo guía era Andrés, eran marchas muy locas, también muy vírgenes, así es la vida, o cara o culo. Más tarde empecé a salir con Martín, Joaquín y Agustín.


Cuando estoy sola en mi propia oscuridad, me acuerdo mucho de Martín, fue un amigo muy querido por mí, además creo que es el hombre que más me ha mimado; me acuerdo de las cenas que organizaba, con Mari Carmen, que era la hostia, su marido Carlos, y muchos amigos más, de ir a la playa y de hablar mucho. Supongo que sabe que no estoy bien; el destino nos ha separado, sé que lo volveré a ver. Te quiero, amigo.


Mis amigos y yo íbamos mucho a la playa, concretamente al Trenc; íbamos a la parte libre, a disfrutar de nuestra propia libertad. Agustín, mi amigo, a quien quise mucho, que más tarde se convertiría en El Casta, quizás el personaje más famoso que tenemos en nuestra isla, la cuestión es que en la playa, ya montaba algún show improvisado; si éramos 8 amigos, cuando empezaba Agustín, enseguida se multiplicaba el grupo por tres.


Agustín fue un amigo muy querido por mí; tuvimos una época en la cual estuvimos muy unidos: íbamos de excursión y nos perdíamos entre las maravillas de la isla, qué tiempos más hermosos. Cada época tiene su encanto, acudíamos a muchas fiestas, siempre con Martín y Joaquín, y, sobre todo, nos desbordaba la alegría.


Voy a contar otra anécdota: yo, por aquella época, ya practicaba el tarot; un día, las cartas me insistían en que iba a dormir con un hombre, la cuestión es que me fui de marcha con Martín, nos aburríamos y nos fuimos a dormir; yo, como casi siempre, en casa de mi amiga; me duermo profundamente y, de pronto, al amanecer, escucho respirar profundamente; al principio me asustó un poco -duró poco-, enseguida me di cuenta de que quien dormía conmigo era mi querido Agustín.


Las cartas no fallan, ellas no saben de amantes, amigos o hermanos, ellas ven un varón y basta. Me quedé compuesta y sin novio, ja, ja, ja. Esta época nunca la olvidaré. Aparte de diversión, fue muy rica para mí de sentimientos e, incluso, intelectualmente; ya está unida a mi corazón para siempre.


Por fin, mi ángel y querida Ana se divorció, otra época de marchas locas, acompañadas por Fanny, ¡como reíamos y qué malas éramos! Después, por circunstancias que no interesan a nadie, Ana y yo estuvimos un tiempo distanciadas.


Mientras yo me divertía por un lado y ella por otro, el destino nos volvió a unir. Cuando dos personas se quieren mucho, basta un roce de mano, y aquí no ha pasado nada. Esto sucedió entre Anita y Xisquita.


Y así, señoras y señores, nacieron las Simpsons, al principio incluso venía Isabel Andreu; enseguida conoció a Rafael y desapareció del mapa. Luego éramos todas chicas, cómo reíamos, con ligues incluidos, íbamos a los karaokes a cantar, a bailar, a cualquier bar o discoteca; éramos malas, malas, si no, que se lo digan a Ramón Perpiñá o a Tolo o a Pablo, los marinos.


A Ana, y a todas las Ferriol en general, les entusiasman las fiestas de San Juan, a mí ya me había bastado el año anterior, en que me había pasado de todo. Al inicio de la fiesta, si no llega a ser por mi amigo Pep, la gente casi me tritura, incluso perdí un zapato, que luego Ana encontró; lo pasé muy mal. Luego, el día de Santa Clara, mi salvador, Pep Panadés, me tuvo que rescatar otra vez; mira que hay plazas, pues Pepe y yo estábamos en un callejón que daba a la plaza, tranquilos, hablando y disfrutando la noche, y, de repente, me veo un caballo encima de mí y a mi salvador ayudándome una vez más: gracias Pepe, me salvaste en dos ocasiones y me heriste en una. Estamos en paz.


A lo que íbamos, la segunda vez ya sabía donde me metía, además me iba muy enamorada del que luego sería mi marido. ¡Qué cosas tiene la vida! En esta ocasión, lo único particular fue el coche de Teresa, ya que estábamos a unos 30 minutos de Ciutadella. Las aventureras éramos Ana, Elvira, Teresa y yo; allí nos encontramos, como es de suponer, con toda la pandilla.


Fue divertido, yo cogí por banda a Ramón Perpiñá y nos alejamos mucho, pero mucho, de los hermosos caballitos; aun así, tuvimos la mala suerte de que en una de los casas nos pillaron, Ramón y yo casi nos meamos del impacto. Más tarde fue Carmen Falcó, cobarde como yo, mi salvación; nos encontramos en una casa y esa noche estuvimos juntas, acompañadas por dos caballeros que, muy a su pesar, sólo consiguieron sacar alguna sonrisa de nuestros labios. Aquel San Juan marcó un antes y un después.


Una vez ya en Palma, inicié mi aventura con Roberto, no sé si es el hombre de mis sueños, de lo que estoy segura es de que es el hombre de mi vida. Siempre salíamos con Conxi y Miguel (Conxi vivía en Barcelona, pero pasaba el fin de semana en Palma); aquella época la recuerdo con mucho amor, cogíamos unas grandes borracheras, sanas al fin y al cabo, y entre Roberto y yo existía una gran pasión, que desembocó ante un Juez de Paz un 11 de Noviembre de 1995.


Tengo que decir que soy incapaz de acordarme de todas las marchas de mi vida, sin embargo quiero nombrar a amigos con los que he reído mucho, empezaremos: MACU Y LORENZO (su boda la recuerdo como la más divertida), EMMA ROSSELLÓ, SANDRA SIERO, TOÑI FERRIOL, PEPE NÁJERA Y QUIQUE, PEP ESTRAÑY, VICKI CARDONA, JUAN MEZQUIDA, JUANJO Y VERDI, JULIA, JUANA COMPAÑY Y JOSÉ LUIS, TONI LLOMPART, ROSA FERRIOL, MALEN BELTRAN, EDUARDO CARRASCO, CATI PUJADAS, SUSANNA, MARGARITA LLINÁS, JUAN RAMIS Y ASÍ PODRÍA LLENAR UNA PÁGINA. HE INTENTADO NOMBRAR A LOS QUE QUISE O AÚN QUIERO, ALGUNOS CON LOCURA. MI AMISTAD SIGUE CON CASI TODOS.


Hasta luego cocodrilos. Os quiero!

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