Vistas de página en total

miércoles, 10 de diciembre de 2008

MIS TRABAJOS!!!

Toda historia tiene sus personajes, y mis trabajos tienen muchos personajes; hay amigas, enemigas e incluso amores.


Empezaremos. Mi primer trabajo me duró una semana, me lo ofreció mi amiga Juana Company, tenía 18 años, y me pusieron delante de un ordenador, o sea, un desastre, y a la calle. Luego, las vueltas que da la vida, mi amiga después de un matrimonio fallido, ha terminado con su jefe, el que me echó a la calle. Ahora cenamos juntos.


El segundo, fue aún peor, era en el diario El Día, y con mi amiga Maria Antonia, ya está dicho todo. El tercero fue más emocionante. Empecé trabajando por el morro, sin cobrar, y acabé con un pequeño despacho, era una empresa de publicidad dirigida por el buenazo de Agustín Baró. En esta pequeña empresa hice muy buenos amigos, y además me lo pasaba bomba, y encima trabajaba, porque, aunque suena raro, a mí me gustaba trabajar.


A través de esta empresa conocí a Enrique Mus, uno de mis amores, con él tuve el completo, me hizo reír, llorar y ,sobre todo, descubrir nuevas experiencias. Quiero decir que ahora, en la distancia, parece que nos echaron un mal de ojo, primero lo sufrió él, con una dura enfermedad, y luego mira como estoy yo, con ELA, lo principal es que tenemos una familia y amigos que nos quieren. Solo te deseo que seas feliz, amigo.


El trabajo en la empresa de publicidad se fue literalmente a la mierda, por lo que vuelta a empezar.


Esta vez e una inmobiliaria vendiendo pisos. Después trabajé de dependienta en una tienda de ropa, en la calle Platería, donde me hice muy amiga de la familia Miró (Rosa, Antonia, Pedro y el resto de la familia, muy Buena gente).


Luego me fui a otro inmobiliaria, Pastor Mesana, como secretaria y también vendiendo, la verdad es que Antonia, la dueña, es toda una señora, que nunca me dijo nada y siempre me pagó aunque no vendiéramos nada. Allí trabajé con Montse, ella y yo nos hicimos muy amigas, pero el destino nos ha separado igual que de Antonia.


Y mientras yo seguía trabajando en la inmobiliaria, empezando a deprimirme, me iba a la perfumería La Central a llorar a mi querida amiga Isabel, y como el que no quiere la cosa, empecé trabajando en la perfumería, el trabajo de mi vida, soy así de simple, pero este trabajo me dió felicidad y algún que otro disgusto porque la vida no siempre es color de rosa.

En este trabajo estuve desde los 28 años hasta que la enfermedad me dijo basta, primero por la depresión y luego por ELA. La cuestión es que a los 41 años dejé de trabajar, que cosa rara, me encantaba.


Empezaremos por mis jefes, Don Enrique y Doña Bárbara, para mí, jefe y jefa; a mi jefe siempre lo respeté y lo aprecio hasta el infinito y siempre lo llevaré en el corazón, pero mi jefa fue otra cosa, me enseñó a vender, a tratar con todo tipo de gente y a tratar a todo el mundo por igual. Tenía, como todo el mundo, días buenos y días malos pero yo ya la conocía, y entonces no le hablaba.


A mi jefa sí LA QUIERO Y LA LLEVARÉ SIEMPRE EN MI CORAZÓN. Luego vinieron las hijas, Paula, Bárbara y Chesca, a ellas también las quiero pero de otra manera, a mi manera. Ellas intentaron salvar el negocio, pero la herida ya estaba echa, y Tin Tin llamaba a la puerta.


Tengo que decir que todas mis jefas siempre se han portado muy bien conmigo e incluso han sido muy solidarias, se lo agradezco enormemente, gracias.


Hasta la próxima cocodrilos....

No hay comentarios: