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jueves, 27 de noviembre de 2008

MI PASO POR LA ESCUELA ...

Empecé con 3 ó 4 años en las Escolapias. Yo, al contrario que muchas de mis amigas, lo recuerdo con mucho cariño; las monjas eran otro cantar. Aun así, a las madres Pilar, Victoria, Josefina, Josefa, Fátima, Bernarda, etc., a todas ellas les mando un beso muy grande, estén en el cielo o en la tierra. Os voy a contar una maldad mía; yo repetí séptimo porque la madre Pilar lo quiso así; entonces, yo tenía que hacer algo; pues, muy fácil, le decía a mí madre que quería comer en el colegio y en el tiempo de patio del comedor me escapaba a la clase, abría el cuaderno verde de las notas y se hacía el milagro: si tenía un cero, me ponía un uno delante y, si quería ser más buena, lo convertía en nueve. En resumen: no volví a suspender Historia; sé que tenía una cómplice, pero no puedo recordar quién es. La verdad es que acabé estudiando Historia, por mi propio bien.

Allí hice muy buenas amigas, a las que hoy en día aún me une una gran amistad, como son Juana Massot, Paquita Pérez Martí, Loli García, Magdalena Serra, y, cómo no, mis amigas de camino, con las cuales tengo una relación muy especial, ellas son Marisela Martí (no hay semana que no me visite y no me demuestre su amor hacia mí), Juana Compañy (hemos estado siempre en contacto, para ella tampoco es una buena época), Macu Lliteras (con ella me he corrido grandes juergas; su boda la recuerdo como unas de las más divertidas de mi vida. Gracias Macu por los momentos tan divertidos que me has regalado) y, por supuesto, mis amadas Conxi e Isabel Andreu.

Tampoco puedo olvidarme de Sandra Siero (enseguida se ofreció para tramitar todos los papeles necesarios para poder sobrellevar mi enfermedad cuando menos más tranquila). También tengo que confesar que con ella empecé a fumar de verdad ya ves, tengo una enfermedad en la que el tabaco no ha influido para nada y confieso, además, que con ella he disfrutado de alguna juerga loca, loca. Gracias amiga.

El destino me ha cruzado con Carmen de la Iglesia, es profesora del colegio de mis hijos y siempre se ha preocupado por mi salud; en nuestra infancia, mantuvimos una buena amistad. Sé que siempre estará a mi lado.

Tuve una compañera a la cual no he vuelto a ver desde que salí del colegio, se llama Mequi Fernández. Si por casualidad lees el libro, ponte en contacto conmigo.

Y llegó la adolescencia, y con ella, el cambio de colegio: Sandra Siero, Ana Verdera (en las Escolapias fuimos muy amigas, con el tiempo perdimos el contacto, guardo un buen recuerdo de ella), Conxi Andreu (ya éramos hermanas) y yo elegimos La Salle. Imaginaos, un colegio mixto; ahora hace gracia, pero en mi época era un acontecimiento muy importante. Allí continué sacando malas notas, con una pequeña diferencia: los profesores y yo nos llevábamos muy bien. Siempre estaba apartada de la clase por habladora, por lo tanto mi mesa estaba pegadita a la mesa del profesor, y por eso me hacía amiga de él o ella: tenía más gracia para los profesores.

En la Salle hice muy buenos amigos. Cuando trabajaba venían muchos a la tienda; en estos momentos, sólo tengo contacto con Margarita Vidal, gran amiga mía que ha demostrado ser muy valiente al adoptar ella sola un precioso niño. ¡Ánimo Titi, que el mundo es de los valientes! También mantengo contacto con Maria José Llaneras, una amiga que me ha demostrado su apoyo constante y que me ha dado ánimos en un momento muy delicado para mí. Luego está mi Malen Beltrán, con ella he pasado momentos muy divertidos, hemos sido compañeras y amigas, y yo sé que la vida la ha golpeado varias veces, ella es fuerte, y fuerza es lo que me aporta a mí.

Con las Escolapias y La Salle cierro mi ciclo de estudiante, doy gracias al Señor, por no haber estudiado más, odio estudiar, y ya veis mi futuro. De todas maneras, he tenido un trabajo donde estudiar no importaba, pero informarse era necesario, y si tenía que estudiar algo, lo hacía, porque sarna con gusto no pica.

1 comentario:

Unknown dijo...

Sabes algo de Malen? Fuimos amigos a principios de los 80 y no be vuelto a saber de ella. Un cordial abrazo Joaquin